jueves, 8 de marzo de 2012

Calila e Dimna. Análisis y comentario edición Marcelino Villegas.



           
CALILA Y DIMNA.

Abdalá Benalmocaffa.

Introducción, Traducción y notas de Marcelino Villegas.

Análisis y comentario.




INDICE.



I.                  EXPOSICION INTRODUCTORIA.                                                    3.
    
II.               VIDA Y OBRA DE ABDALA BENALMOCAFFA.                           5.

III.           CALILA Y DIMNA: UN LIBRO HACIENDO HISTORIA.             6.

IV.           PARTICULARIDADES DE LA EDICION DE MARCELINO                                                                                     VILLEGAS.                                                                                            8.

V.               CALILA Y DIMNA: EL BESTIARIO DE LOS CUENTOS.          13.

VI.           EPILOGO.                                                                                            16.

VII.        BIBLIOGRAFIA.                                                                                 18.

VIII.    ENLACES DE INTERES.                                                                   18.










I.     EXPOSICIÓN INTRODUCTORIA.

Adentrarse en lo que es, sin duda, una de las cumbres míticas de la literatura universal, el Calila y Dimna, es un ejercicio intelectual que va más allá de lo puramente sensitivo. Un libro que recoge una colección de cuentos que podríamos considerar como inabarcable si no fuese porque cada uno de los representados tiene su inicio y final. Decimos inabarcable por la sucesión continua de relatos que se van solapando unos a otros hasta formar lo que podríamos llamar metafóricamente la “rosa de la cebolla”. Esta sucesión continua de capas superpuestas llegan a cifrarse en una cantidad que el propio preámbulo del libro especifica de la siguiente manera:

“[…] dieciocho capítulos y dos informes […] Los dieciocho capítulos tratan de trescientos treinta aspectos del saber por medio de trescientos cuarenta relatos interrelacionados. (1)

Esta edición en concreto se basa en el texto árabe Kalila wa Dimna del iraní Ibn Al-Muqaffa, quien en el siglo VIII lo tradujo del pahlevi a esa lengua. Cobrará suma importancia para Occidente dicha traducción al árabe, ya  popular en el mundo islámico habida cuenta de los numerosos manuscritos conservados, pues se convirtió en el texto clave que propició su difusión por Europa. Un libro que ha ido recorriendo la historia y el mundo geográfica y lingüísticamente hablando, pues atesora haberse traducido a más de cuarenta lenguas y con cerca de doscientas versiones conservadas. Esta traducción procede a su vez del Panchatantra hindú hacia el año 300 d. C. (2). También y según Mahmud Sobh formaba parte del Mahabarata, que es la epopeya nacional hindú. (3)

Son innumerables los estudios que sobre esta obra se han ido vertiendo a través del tiempo y, sin embargo, no deja por ello de ser recurrente por el sentido enigmático que sus paginas encierran. Además de ello, nos encontramos inmersos en un caudal de sabiduría ejemplarizante mediante el motivo secuenciado, más que oriental, de preguntas y respuestas.


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(1).   Calila  y Dimna, Abdalá Benalmocaffa, Traducción de Marcelino Villegas, Alianza Editorial, S.A., Madrid, 2008. pág. 36.
Marcelino Villegas aclara sobre este computó que la versión árabe constó en un principio de catorce capítulos y tres prólogos.

(2).  Calila e Dimna, Juan Manuel Cacho Blecua, Marís Jesús Lacarra, Introducción, pág. 10,

(3).  Historia de la Literatura Árabe Clásica, Mahmud Sobh, Cátedra, Madrid, 2002, pág. 642.



Indagación tras indagación, reyes, príncipes, nobles y cortesanos han ido adquiriendo educación y conocimiento mediante este manual sapiencial de enseñanza. Todo ello en un dialogo interminable entre un rey y un filósofo que, como figuras relumbrantes de un ajedrez de cuentos, van realizando sus jugadas por medio de animales: un buey, un león y dos chacales con los nombres de Calida y Dimna. Estos son los que mayor número de cuentos nos relatan a modo de matrioskas rusas en una estructura imbricada que aloja a unos insertados en otros.

Era tradicional en Oriente utilizar las fábulas de animales para caricaturizar o moralizar sobre las relaciones humanas. Estos rasgos se han ido adaptando en las diversas versiones del Calila y Dimna, tanto en el tiempo como en el espacio, a los modos y costumbres del lugar y la época. Lo que en el Pachatantra figura como una mujer bañándose en el Ganges, es en la versión castellana transformado en un hombre que estaba en la ribera de un río.

Nos encontramos ante el hecho paradigmático de transmisión del saber de un modo didáctico, mediante una diversidad compleja de ejemplos y sentencias presentados de una forma amena y elocuente. Podemos descifrar en las páginas del Calila y Dimna un acarreo esencial de disposiciones prácticas que nos ayudaran a conocer las verdaderas intenciones de los demás y con ello tomar las decisiones más adecuadas ante las circunstancias que se nos presenten.

Se trata en definitiva, de alcanzar un fabuloso tesoro oculto en un emplazamiento recóndito que solamente el sabio, el que ha alcanzado el conocimiento mediante las enseñanzas del libro, puede obtener. Una vez localizado es necesario transmitirlo y hacerlo llegar al mayor número posible de humanos. El propio libro nos guía hacia una definición de sí mismo clarificadora y no exenta de un atrayente misterio, como queda  reflejado en el apartado II, Misión de Burzuih en la India, con las siguientes palabras:

 […] en la India había un libro que era raíz de toda instrucción, cabeza de toda ciencia, guía en cuanto hay de provechoso, llave de todo cuanto consigue y enseña la vida perdurable y del saber de salvación para el que lo merece. (4)

Al mismo tiempo, este libro enigmático es un quehacer filosófico de búsqueda de la Verdad y, por ende, de la sabiduría y la salvación del alma y para obtenerlo es necesario cultivarse por medio de estas enseñanzas y alcanzar así el sentido oculto del texto. Es preciso ir cuestionándose todo lo que se nos presente sin olvidarse de la interrogante inicial y única, la primigenia, y así descubrir el “sesamo” esencial que es, en sí mismo,  la respuesta a todas y cada una de las preguntas secuenciadas con anterioridad y que han ido surgiendo en este camino iniciático: cuento tras cuento en el cuento, historia y requiebro en la historia. El sésamo descascarillado como metáfora del cuento destripado, es decir, desentrañado hasta en sus ínfimos detalles que nos permita  encontrar su sentido más profundo y oculto y con ello asimilar sus enseñanzas.

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(4). Calila  y Dimna, Abdalá Benalmocaffa, Traducción de Marcelino Villegas, Alianza Editorial, S.A., Madrid, 2008. pág. 61.

Para ello se nos aconseja hacer uso del entendimiento que debe ser connatural al ser humano y debe reunir:

[…] ocho virtudes: la primera es la sensibilidad; la segunda, que conozca el hombre su ánima y la preserve; la tercera, obedecer a los reyes y esmerarse en cuanto les satisface; la cuarta es que sepa el hombre dónde está su secreto y cómo conviene revelarlo al amigo; la quinta, el ser educado y de lengua comedida ante los reyes, la sexta es la guarda del secreto propio y ajeno; la séptima, el dominio de la lengua y el no decir más que lo que se está seguro de mantener; la octava es no hablar en público de lo que no te preguntan. Quien reúne en sí todas estas virtudes es una llamada al bien. (5).


II.                           VIDA Y OBRA DE ABDALA BENALMOCAFFA.

Ruwazbihi ben Daduwihi, de nombre árabe, Abd Allah, nació en Fayruzabad en el año 106/724, y es más conocido como Ibn Al Muqaffa. Árabe de origen persa, no es de extrañar, por tanto,  su empeño en traducir del persa obras literarias de las civilizaciones indias e iraníes.

Trabajó como secretario de los gobernadores tanto del califato omeya como al comienzo del califato abasi, incluso en este periodo estuvo al servicio de Isa ben Alí, el tío del califa abasi al-Mansur. Los mejores años de su corta vida los pasó entre Kufa y Basora frecuentando la sociedad de los eruditos que allí se congregaban.

Aunque se convirtió al Islam y adoptó una kunya propiamente arábiga y más aún islámica, Abu Muhammad, en el fondo, siguió siendo, como su padre: “muy maniqueo, muy seguidor del mazdeismo y muy persa” (6)

Murió de forma violenta y despiadada siendo desmembrado su cuerpo y arrojados sus restos a un pozo, uno a uno. Fue condenado por motivos religiosos o políticos, aunque Al-Yahiz se inclina más por lo último al señalar que traicionó al califa Al-Mansur además tenía poderosos enemigos que le acusaban de ser ateo y mazdeista.

A pesar de su corta vida, dejó tras de sí una cantidad considerable de traducciones y obras originales que le llevaron a ser considerado el padre de la prosa artística árabe. Las traducciones mas significativas, a excepción del Kalila wa Dimna, versan sobre la historia y leyendas heroicas de Irán y son el  Jwatai-Namak/ Libro de los Reyes y el al-Tay/la Corona, que trata sobre los reyes sasánidas.

Destacan sus epístolas Al-Adab al-Sagir/la Literatura Chica, de tan solo treinta páginas que, según sus propias palabras, es: “[…] ayuda para civilizar los corazones, afinarlos y despejarles las vistas […]” (7) y Al-Adab al-Kabir/la Literatura Grande que trata sobre la política y la amistad.
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(6) y (7).  Historia de la Literatura Árabe Clásica, Mahmud Sobh, Cátedra, Madrid, 2002, págs. 639 y 640 respectivamente.
Otra obra significativa es Al Durra al-Yatima /la Perla Huérfana que abarcaba cuestiones religiosas e ideológicas y que no nos ha llegado en su integridad, ya que se perdió bastante de la misma. Parece ser que era un libro de dialogo real o imaginario en el que el maestro respondía a los discípulos a la manera oriental.

En su Risalat al-Sahaba/Epístola de los compañeros alaba a los oficiales y soldados persas que están al servicio del califato en el ejército, no sin dejar de elogiar la figura del califa abasi Al-Mansur. Dedica todo un capítulo a ensalzar las virtudes de los iraquíes que: “[…] son los mejores en el entendimiento y en la castidad; en el razonamiento y en la elocuencia y que son los pilares del califato, sobre los cuales se ha descansar y fiar” (8).

La obra con la que Ibn Al-Muqaffa pasó a la historia es la que nos ocupa en este trabajo, el Kalila wa Dimna, por lo que a lo largo del mismo iremos desgranando aspectos y peculiaridades de la misma. La traducción al árabe que nuestro autor hizo de este libro tiene un indudable valor, no solo histórico y literario, pues al trascender fronteras y civilizaciones, ya que atraviesa tangencialmente tres civilizaciones: la arabo islámica, la bizantina y la latina occidental, lo convierten en un heredero universal de la cultura humana.

III.                       CALILA Y DIMNA: UN LIBRO HACIENDO HISTORIA.

Como anteriormente mencionamos las fuentes primigenias de este libro hay que encontrarlas en la mítica hindú, el Panchatantra y el Mahabarata. Ambos entrelazan cuentos con leyendas míticas y máximas y proverbios de procedencia védica. Pero las versiones empiezan a proliferar  y a extenderse en diferentes lenguas. Así tenemos una versión sánscrita, que parece ser el germen de las ediciones posteriores, en tibetano, y pahlavi, que a su vez es de donde proceden las versiones en siriaco antiguo y  árabe.

En la edición que estamos analizando Villegas señala que la versión árabe se hizo en el año 750 D.c. /134 con materiales de las fuentes antes mencionadas y las incorporadas por Benalmocaffa e incluso añadidos posteriores a él. (9) En esta versión árabe ya aparecen cambios sustanciales que transforman el carácter del libro, de sagrado a profano, sobre todo con la incorporación  de la narración introductoria de Paydeba y Dibxalim y la supresión de sentencias y máximas que estaban destinadas a dirigir las reflexiones a las que el propio texto incitaba.

Será entre el siglo XI y el XIII cuando aparezcan versiones derivadas del texto árabe en distintas lenguas. Entre el XIV y el XVIII se realizarán doce versiones más, destacando las hebreas de la que proceden siete adaptaciones. A medida que aparecen nuevas versiones en distintas localizaciones el texto sufre adaptaciones y transformaciones tanto en los nombres de los personajes, como en la interpretación de nuevos códigos éticos o bien en la aparición de variaciones sobre los cuentos e incluso la incorporación de alguno nuevo.
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(8).  Historia de la Literatura Árabe Clásica, Mahmud Sobh, Cátedra, Madrid, 2002, pág. 642.
Al ser un libro tan reproducido en diferentes lenguas se han hecho innumerables estudios para intentar encontrar la versión integra más fiable posible en lengua árabe. Para F. Gabrieli quizás no podamos encontrar esa versión original de Ibn Al-Muqaffa más que en una sola página y, aún así, no estaríamos seguro de ello, ya que todas las versiones existentes tanto en la forma como en el contenido de la obra, han recreado más que traducido, un original primigenio árabe.(10)

Todas las traducciones que hemos reseñado a partir del siglo XI  han servido como elemento de estudio para intentar reestablecer un original árabe lo más auténtico posible, ya que los manuscritos que se conservan ya incorporan substratos que son identificables como a posteriori de la primera traducción de Ibn Al-Muqaffa. Reseñamos a continuación el esquema que Marcelino Villegas incorpora a su edición por ser clarificador para comprender la expansión que la versión de Ibn Al-Muqaffa tuvo en Occidente (11):
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(10).  Gabrieli, F. "Ibn al- Muaffaʿ." Encyclopaedia of Islam, Second Edition. Edited by: P. Bearman;, Th. Bianquis; , C.E. Bosworth; , E. van Donzel; and W.P. Heinrichs.
 (11). Calila  y Dimna, Abdalá Benalmocaffa, Traducción de Marcelino Villegas, Alianza Editorial,S.A., Madrid, 2008. pág. 22. 
El impulso que dio la traducción del Calila y Dimna de Ibn Al-Muqaffa, tanto a la literatura arabo islámica, como a la narrativa de la Europa medieval, quizás este todavía por cifrar en su exacta dimensión. Por lo pronto, nuestro autor es el principal transmisor de la epopeya y la historia de la India y Persia al mundo árabe, recordemos que su versión se traduce directamente del pahlevi. Es, pues, digno de ser considerado como el precursor de la brillante época clásica de la literatura árabe. Muy especialmente por el acarreo cultural aportado del mundo iranio del que procedía, que sin duda estaba más  evolucionado que el arabo islámico que se encontraba aún en sus albores.
Haciendo un breve repaso por algunas traducciones efectuadas desde el siglo XI, nos encontramos con la versión  vertida al siriaco por un clérigo sirio que adolece de una fuerte impronta cristiana y que hace del texto un discurso moral muy dilatado y ampuloso. Las versiones hebreas, tanto de Rabí Joel como de Jacob be Eleazar están realizadas en prosa rimada con un tono muy elegante y al mismo tiempo llena de locuciones bíblicas. (12).

Las influencias que el Calila y Dimna ha tenido en la literatura universal son numerosas y diversas. Tenemos el ejemplo de las Fabulas de La Fontaine quien se basó en la versión latina realizada por el padre jesuita francés Poussines, quien a su vez había eliminado en su edición numerosos pasajes de dudosa moralidad. Cabria preguntarse si Las mil y una noches no tomó en su momento algo más que inspiración en el Calila y Dimna. En el Llibre de les Bésties de R. Llull pueden encontrarse reminiscencias identificadas en  nuestro libro de estudio. Por último creemos ver tanto en El Conde Lucanor del Infante D. Juan Manuel y en el Libro de Buen amor del Arcipreste de Hita, una simbiosis entre lo oriental y lo hispánico por influencia del patrimonio cultural que atesora el Calila y Dimna.


IV. PARTICULARIDADES DE LA EDICION DE MARCELINO VILLEGAS.

En primer lugar, destacar que esta edición de Marcelino Villegas no se limita exclusivamente a ser una mera traducción del texto de Ibn Al-Muqaffa. La incorporación de apartados unidos al texto desde antiguo y el apéndice de textos relacionados al mismo son dos de las principales aportaciones de esta edición. De esta forma tenemos cuatro primeros apartados que son, a saber: el Preámbulo, la Misión de Burzuih en la India, la Biografía de Burzuih, por Buzuryumhur Beanalbujtukán y la Exposición del libro, que Abdalá Benalmocaffa tradujo a la lengua árabe. Estas secciones al ser incorporadas a esta edición enriquecen el caudal literario e histórico que sobre el libro y el  autor podemos obtener y que en muchas otras traducciones y versiones anteriores en el tiempo y el espacio han sido suprimidas.


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(12). Ver el estudio de todas las traducciones publicadas en: Brockelmann, C. "Kalīla Wa-dimna." Encyclopaedia of Islam, Second Edition. Edited by: P. Bearman; Th. Bianquis; C.E. Bosworth; E. van Donzel; and W.P. Heinrichs.

Otro aporte a destacar es la antología de textos relacionados con el Calila y Dimna que Villegas nos presenta en esta edición y que quiere ser, en palabras del autor:

[…] confrontación inmediata de distintas versiones de un mismo esquema narrativo, […] permitir relación entre cuentos afines […] algo más preciso que una afirmación de entronque, […] manifestar con la prueba más sólida – los textos mismos – la insistencia de cierta materia narrativa introducida en muchos casos en Occidente por el libro de Calila y Dimna […] (13).

Es así como nos encontramos en este apéndice la siguiente selección antológica de textos, que el propio autor de esta edición ha considerado idónea para justificar la aportación que el Calila y Dimna ha hecho a la literatura universal (entre corchetes al final, la Pág. de esta edición donde aparecen):

-          Alejandro y Poro (Libro de los Reyes, Shah-nama, de Abulcásim al-Firdusi).[330]
-          Alejandro y Poro (Libro de Alexandre, anónimo). [335]
      -     Misión de Burzuih en la India (Libro de los Reyes). [338]
-          Misión de Burzuih en la India (General Estoria, de Alfonso X el Sabio). [343]
-          El entendimiento ínsito en el hombre, latente como el fuego en el pedernal, donde no se manifiesta si no es golpeado por el eslabón (“El pedernal y el eslabón”, de Tomás de Iriarte). [345]
-          El crédulo engañado (“El ladrón y el rayo de luna” ejemplo XXIV de Disciplina clericales de Pedro Alfonso). [346]
-          Parábola del perro ansioso (Ensiemplo del alano que llevaba la pieça de carne en la boca”, del Libro de buen amor. [347]
-          “Alegoría del hombre en el pozo” (El rey y el cabeza de turco, de María Gripe). [348]
-          Apólogo del ladrón y las dos tinajas (“El ladrón que quiso coger demasiadas cosas” de Disciplina clericales, XXX, de Pedro Alfonso). [349]
-          El león y el buey (“De lo que contesçio al lechón e al toro”, ejemplo XXII de El conde Lucanor, de don Juan Manuel). [350]
-          Fábula del zorro y el tambor (“Fábula del simio y el tambor”, Libro de maravillas, VII, XL, 4, de Ramón Llull). [353]
-          Apólogo del ermitaño y el ladrón (“Un burgués y su mujer”, Libro de maravillas, VII, XLI). [353]
-          Apólogo del ermitaño y el ladrón (“Por causa de un cadenón / a Marquina maltrataron, / Las narices le cortaron (y a su marido un jubón”, Patraña décima de el Patrañuelo, de Joan Timoneda). [354]
-          Fábula del cuervo y la sierpe (Fábula del cuervo y la serpiente”, Libro de maravillas, VII, XL, 4). [357]
-          Fábula de la garza, el cangrejo y los peces (“El airón, el cangrejo y los peces”, Libro de maravillas, VII, XL, 4). [358]
-          Fábula del conejo y el león (“Fabula de la liebre y el león”, id., VII, XXXIX, 3). [359]
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(13). Calila  y Dimna, Abdalá Benalmocaffa, Traducción de Marcelino Villegas, Alianza Editorial,S.A., Madrid, 2008. pág. 32
-          Fábula del león, el camello, el adive, el cuervo y el chacal (“Los animales con peste”, de Félix María Samaniego). [360]
-          Fábula de la horda de monos, el pájaro y el hombre (“Fábula del papagayo, el cuervo, la luciérnaga y el simio, Libro de maravillas, VI, XLII, 6). [362]
-          El halconero (“Enxemplo del omne e de la muger e papagayo e de su moça”, Libro de los engaños, anónimo). [363]
-          Quienes entablan amistad por el provecho son como el cazador que echa grano a los pájaros, que no lo hace por el bien de éstos, sino por el suyo propio (De lo que conteçcio a un omne que tomava perdices”, ejemplo XII de El conde Lucanor). [364]
-          El hombre que tiene virtud halla honra sin necesidad de dinero, como el león, que atemoriza aunque esté echado. Mientras que el rico que no tiene virtud solo allega desdenes (…), como el perro, del que nadie se preocupa por muchos collares y ajorcas que lleve (“El asno vestido de león”, de Félix María Samaniego. [365]
-          Los búhos y los cuervos (“De lo que contesçio a los cuervos con los búhos”, ejemplo XIX DE esconde Lucanor). [366]
-          Apólogo del asceta y la ratita convertida en niña (“La rata convertida en doncella”, Libro de maravillas, VII, XXXIX, 3). [369]
-          Apólogo del asceta y la ratita convertida en niña (“Las dos cabras”, cuento de tradición oral marroquí). [369]
-          El mono y la tortuga (Enxenplo del puerco y del ximio, Libro de los engaños). [370]
-          Fábula del asno sin corazón y sin orejas (“Ensienplo del asno sin coraçon e sin orejas”, Libro de buen amor). [371]
-          El anacoreta y la comadreja (“La brahmana y el icneumón”, Panchatantra, V, II). [373]
-          El asceta y la comadreja (“Enxenplo del perro e de la culebra e del niño”, Libro de los engaños). [374]
-          Apólogo del anacoreta que rompió la jarra (“El brahmán que quedó blanco en la cama”, Panchatantra, V, IX). [375]
-          El anacoreta que rompió la jarra (“De lo que contesçio a una muger quel dizien doña Truhana”, ejemplo VII de El conde Lucanor). [376]
-          Apólogo del anacoreta que rompió la jarra (“La lechera”, de Félix María Samaniego). [378]
-          El ratón y el gato (“El ratón y el gato”, de Tomás de Iriarte). [379]
-          Lo dice la máxima del relato: “Si encuentras una gema cuyo valor desconoces retenla y muéstrala a quien sepa” (Exiemplo del gallo que falló el çafir en el muladar”, Libro de buen amor). [380]
-          Fábula de las palomas (“Enxenplo del palomo e de la paloma que ayuntaron trigo en su nido”, Libro de los engaños). [381]
-          Fábula del cuervo y la codorniz (Un cuervo con colores, de Zakariya Támer). [382]
-          Fábula del cuervo y la codorniz (“Enxiemplo del pavón e de la corneja”, Libro de buen amor). [384]
-          El peregrino y el orfebre (“Los animales agradecidos”, Libro de maravillas, VII, XL, 4). [384]
-          El peregrino y el orfebre (“El hombre, la serpiente y el ratón”, tradición oral marroquí). [386]

La anterior enumeración ha sido expuesta por la relevancia que tienen en esta edición. Marcelino Villegas con ello realiza un muestrario de las transformaciones y adaptaciones que ha tenido el texto a las diferentes culturas en  las que se ha dado. Esto incide en una mejor comprensión que de las mismas podemos llegar a tener.

Otra gran aportación, sin duda, de esta edición de Villegas es el análisis de la estructura formal que el texto encierra. Los cuentos, como dijimos, se encadenan unos a otros a modo de capas superpuestas que se van cerrando según va girando la narración de los mismos. Para descifrar este supuesto laberinto cuentístico Villegas resalta que: “es posible esquematizar esta forma de construcción en términos de marco y cuadros”  (14) en la que la narración enmarcada estaría incorporada dentro de un marco más amplio y superior y así sucesivamente. Ahora bien, para no difuminar la importancia del primer relato sobre el segundo, Villegas nos señala que, mejor aún, sería una “representación lineal, a modo de fórmula:

1.      Narración marco (2. Narración enmarcada) Narración 1.” (15)


La primera narración del texto arranca con el dialogo entre el rey Dibxalim y el filósofo Paydeba y es como el pistoletazo de salida de una producción inagotable de cuentos. Pero en realidad no lo es, ya que el texto se subdivide en capítulos y es ahí donde si encontramos una mayor secuencialidad de cuentos intercalados, por ejemplo en el Capítulo VII de la edición de Villegas, tercero de la narración propiamente del Calila y Dimna, en concreto el de “La paloma acollarada” que contiene un total de cinco cuentos y cuya  “proyección lineal, a modo de fórmula, da el esquema: 1 (2(3(4(5)4)3)2) 1, (16).
Todo este esquema, si se tiene en cuenta que la secuencia de cuentos parte de un punto en el que se abre la narración y regresa a ese mismo punto para cerrarla, constituiría un paradigma de narración circular. De esta forma lo interpreta Villegas (17):


Este modo de construcción se da en cinco de los capítulos del libro, no así  en el capítulo de “El león y el buey” y en el de “Los búhos y los cuervos” que aunque tienen algunos relatos insertos en continuidad formando un circulo completo, no es en todo el capítulo en sí, lo cual muestra una nueva estructura que Villegas denomina “bucles”. Ello es debido en gran parte al añadido de materiales diversos de otras procedencias.

Por último, reseñar como un aporte más de esta edición de Villegas la aclaración terminológica del término árabe “mázal”, cuya traducción literal sería “ejemplo”,  que nuestro traductor ha diseccionado en seis definiciones españolas que brevemente enunciamos a continuación:

1-      Apólogo: cuando el relato tiene personajes humanos y completo desarrollo narrativo, […].
2-      Fábula: cuando el relato tienen personajes animales y completo desarrollo narrativo, […].
3-      Parábola: cuando, sea la materia humana, animal o inanimada, no hay desarrollo narrativo, sino sólo un esbozo o la enunciación de resultado de un proceso, […].
4-      Símil: cuando, sobre las mismas bases que la parábola, no hay siquiera esbozo de proceso narrativo ni muestra de su resultado y sólo queda una imagen estática que […] sintetiza la realidad por un sistema de afinidades y equivalencias, […]
5-      Alegoría: cuando el cuadro está organizado con un sistema exacto de equivalencias simbólicas cuya clave debe proporcionar el autor, […]
6-      Anécdota cuando el relato es de carácter festivo y se refiere como sucedido en realidad.

La misma palabra mázal se emplea en el texto árabe para designar las frases breves, agudas y atribuidas a autoridades. He traducido, según los casos, por sentencia, máxima o proverbio (guiándome porque su contenido fuera filosófico, preceptivo o moral), prescindiendo de refrán […] (18).







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(14), (15) y (16). Calila  y Dimna, Abdalá Benalmocaffa, Traducción de Marcelino Villegas, Alianza Editorial, S.A., Madrid, 2008. pág. 9
(17) Calila  y Dimna, Abdalá Benalmocaffa, Traducción de Marcelino Villegas, Alianza Editorial, S.A., Madrid, 2008. pág. 10.
(18) Calila  y Dimna, Abdalá Benalmocaffa, Traducción de Marcelino Villegas, Alianza Editorial, S.A., Madrid, 2008. págs. 31 y 32.
V.  CALILA Y DIMNA: EL BESTIARIO DE LOS CUENTOS.

Como hemos expuesto anteriormente la fuente del Calila y Dimna es el Panchatantra hindú, una colección de fabulas en sánscrito, en prosa y verso compuesto después del siglo III A.c. que se atribuye a Vishnú Sharma. El significado etimológico del término sería “cinco principios”, siendo Pancha (cinco) y tantra (principio). El texto trata de la ilustración antropomórfica de esos cinco principios o también denominados “ciencia política”, a través de los animales. Esta “ciencia política” se desarrolla y elabora en cinco libros y cada uno de ellos corresponde a uno de los siguientes principios:

-          Mitra bheda (como dividir a los amigos).
-          Mitra labha (cómo ganar amigos).
-          Suhrid Bheda (disensión con la amada).
-          Vigraha (separación).
-          Sandhi (unión). (19)

Es en el siglo XIX cuando determinados lingüistas al estudiar el sánscrito encontraron semejanzas con lenguas indoeuropeas y quisieron hallar un denominador común de todas ellas. Esto les llevo a fijarse en la tradición cuentística oriental que había surcado Europa como vehículo transmisor de una posible cultura indoeuropea común. No sólo se estudiaron términos y conceptos éticos o filosóficos, sino que se analizo la construcción sintáctica para encontrar semejanzas con, primero, el árabe y después con el sánscrito.

Este acervo cultural se conservó oralmente gracias a los monjes budistas que utilizaban relatos en los entremezclaban la prosa y el verso en sus predicas monacales. Con el paso del tiempo, se fue agrupando toda esta cuentística oriental que luego llegó a ser trasvasada a Occidente como hemos indicado anteriormente.
La aparenta diversidad, que tan largo recorrido ha ido implementando en el texto, ha servido principalmente para transmitir, mediante ejemplos y sentencias, un conocimiento sapiencial bajo una aparente modalidad didáctica. La accesibilidad del texto de una forma amena y agradable ha contribuido a que dicho saber fuese calando en tan diversa geografía y al que han accedido innumerables generaciones por las que ha transitado.
Todos los cuentos del Calila y Dimna tienen un trasfondo en el que “subyacen reminiscencias de aventuras iniciáticas” (20); ya sea buscando el conocimiento, la inmortalidad o la salvación de alma,  lo que entronca con los paradigmas universales de creación de mitos por parte de la humanidad.

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(20). Calila e Dimna, Juan Manuel Cacho Blecua,  María Jesús Lacarra.

En este itinerario de salvación del alma los animales que protagonizan nuestro libro, serán testigos experienciales de todos los valores morales que deben ensalzar al ser humano. En ellos se plasmará la intención mas profunda de la salvación del alma que debe desechar lo perecedero y caduco: “¡Oh alma!, no alejes nunca de ti el tema de la vida perdurable, porque si te inclinas por lo efímero, irreflexivamente habrás vendido mucho por poco” […] (21).  Para ello los cuentos son el acicate que se necesita para el enriquecimiento del alma por medio de la exaltación de la bondad.

Se nos incita a una renuncia al mundo y sus placeres para llevar una vida ascética dedicada a la devoción y así prepararse para la vida eterna mediante un rosario de comparaciones que engloban todo un decálogo de preceptos éticos: […] pues el mundo es como el agua salada que tanta más sed da cuanta más se bebe; […] como el cántaro de miel con veneno en el fondo, que depara un agrado efímero y luego mata sin remedio. Es como los sueños, que alegran al hombre mientras duerme, pero de los que al despertar no queda nada; es como el relámpago, que alumbra un instante y deja el anhelo de la luz cuando se va tan rápido como llegó; es como el gusano de seda, que cuanto más tejido acumula en torno suyo menos puede salir. (22).

Las sentencias y máximas que los animales van venteando a lo largo y ancho del libro nos plantearan diversas dicotomías: las venturas encubiertas con la perdida de la prudencia y la sabiduría, que es el caso de los animales atrapados o de las palomas capturadas, en: VII, capítulo 3,  “La paloma collarada”; el modo de ser con la transformación del carácter, que se nos muestra casi imposible de modificar, como se narra en el cuento de la rata transformada en niña que acaba casándose con un ratón, en: VIII, capítulo 4, “Los búhos y los cuervos”, (Págs., 218 y 219); el amor conyugal con la amistad, en: IX, capítulo 5, “El mono y la tortuga” con el triunfo de la amistad.

Como ya dijimos al inicio de este trabajo, la narración del libro empieza con un dialogo, pero en realidad continua con una, podríamos decir, disertación en solitario del filosofo Paydeba. Al final de la misma, puede aparecer, o bien una sentencia del propio rey  Dibxalim o una máxima del filosofo Paydeba a modo de moraleja. El objeto principal es que mientras el maestro va narrando, a modo de monólogo,  el discípulo, el rey, vaya asimilando todo el conocimiento que aquél está transmitiendo. En esta técnica de enfoque didáctico podemos apreciar, de forma notable, la tradición oral que había servido desde antiguo como el principal vehículo cultural. Todos los relatos insertados de forma subordinada están reforzando e ilustrando, como si de una oratoria elocuente se tratase, los argumentos que de continuo se están exponiendo.

La técnica narrativa del texto se sustenta sobre la acción-dicción de los personajes-animales que son en realidad los que nos va guiando por los entresijos y laberintos cuentísticos del libro.
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(21). Calila  y Dimna, Abdalá Benalmocaffa, Traducción de Marcelino Villegas, Alianza Editorial, S.A., Madrid, 2008. pág. 76.


(22). Calila  y Dimna, Abdalá Benalmocaffa, Traducción de Marcelino Villegas, Alianza Editorial, S.A., Madrid, 2008. pág. 83 y 84.
En muchos casos pareciera una representación escenográfica de secuencias que van pasando por delante de nuestros ojos, nunca mejor dicho al leerlos, por la abundancia de diálogos. Éstos se insertan de una forma vivaz, rápida, directa y breve, lo cual contribuye a dinamizar el texto amén de hacerlo más ameno. En algunos casos, la acción se resuelve de forma dramática y explicita, sin tiempo para la reflexión o la reacción de oyente-lector. En otros casos la pausa y la calma se adueña del relato, sobre todo cuando los elementos didácticos, máximas y sentencias entran en escena. Esta representación nos sugiere un derroche de imaginación desbordante en donde la realidad y la ficción forman un corpus indisoluble. La invención se convierte así en registro de los hechos históricos o incluso meramente anecdóticos, pero con el carácter adquirido de ser una especie de revelación moral, una fuente de sabiduría para el que lo lee.  A decir de Marcelino Villegas: […] un estilo que busca francamente la dignidad, la exquisitez y el ornato, […] expresiones admirables, [… que están cinceladas en el idioma. […] alardes literarios convencionales  a propósito. […] El estilo de los relatos es por su parte llano, concentrado y preciso. Su hermosura radica en su exactitud, porque es un estilo de pocas palabras y de palabras justas. (23).

Los acontecimientos en algunos pasajes cobran un ritmo narrativo trepidante en el que pueden llegar a intervenir numerosos personajes. Así en el relato V, capítulo 1, El león y el buey, llegan a intervenir directa o indirectamente, a saber: Dimna-Calila-el ermitaño-el rey-el ladrón-dos gamuzones-el zorro-la mujer tabernera-la muchacha enamorada-el hombre-el zapatero-la mujer del zapatero-el amigo del zapatero-el querido de la mujer del zapatero-la mujer del barbero-el barbero-allegados y parientes de ambos-el juez-el carnicero (verdugo)- el ermitaño y por último cierra el relato de nuevo Dimna (Págs. 116 a 120). Este es un ejemplo de narración circular que contiene diversos minicuentos integrados en uno solo. Todas las acciones que se producen entre todos estos personajes, cada uno a su “película” y en apariencia dislocada, se desarrolla en tan sólo cuatro páginas. El texto del Calila y Dimna mediante esta muestra de sagacidad narrativa y concisión sapiencial se convierte en un estimulo especialmente sugestivo y atrayente.

El bestiario de los cuentos, como hemos denominado al Calila y Dimna adquiere tal característica, a nuestro entender, cuando los animales - grupos de animales - se convierten en motores de la narración y actúan como verdaderos consejeros, como si de un consejo de ancianos se tratase. De esta forma tenemos a los búhos, los cuervos, las liebres y los gatos, por ejemplo, que como una especie de consejos tribales expresan su opinión. Todos tendrán su momento de gloria, pues a todos se les cederá la palabra. Con ello se trata de dar consejo y que el rey decida cual de todos es el más acertado. Un ejemplo de democracia parlamentaria, salvando las distancias y los personajes. Se trata de persuadir, de convencer de los propósitos que cada uno tiene y considera más acertados y todo para tomar las decisiones mas acordes. Prototipo de conducta dialogante que persigue la aquiescencia de todos y su puesta en práctica de forma sabia y congruente. Para ello, uno necesita legitimar sus palabras utilizando como recurso justificativo infinidad de comparaciones que serán extraídas del mundo cotidiano. De esta forma, se solidifica lo evidente cuando antes todo era más especulativo o tendía  a ser vacilante o dubitativo, sobre todo en la toma de decisiones.
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(23). Calila  y Dimna, Abdalá Benalmocaffa, Traducción de Marcelino Villegas, Alianza Editorial, S.A., Madrid, 2008. pág. 15.
Otro aspecto analizable son las sentencias y máximas vertidas en el libro. Con ellas se pretende en palabras de Blecua y Lacarra:”dar validez absoluta” (24), a materiales de tipo proverbial que han sido acarreados por los pueblos orientales. Tanto el hecho de la reiteración de sentencias como el uso indiscriminado de comparaciones persiguen hacer hincapié en la necesidad del lector de reflexionar sin denuedo, para asimilar el mensaje contenido en el libro.

Estas sentencias se convirtieron con el tiempo tanto en castellano como en la lengua árabe, escrita y hablada, en proverbios y refranes; por ejemplo: […] Nadie está a salvo de la maldad del malo. (25)  Destacar que justamente esta sentencia está incorporada en la traducción de Villegas dentro de V, capítulo 1, “El león y el buey” en el mini cuento de la chinche y la pulga que reproducimos a continuación dada su brevedad y concisión:

-          Dicen que una chinche estaba instalada en el colchón de un rico de cuya sangre disfrutaba mientras éste dormía sin sentir el suave reptar de sus patitas. Así pasó el tiempo, hasta que una noche apareció una pulga y le pidió hospitalidad; a lo que ella respondió:
-          “Puedes quedarte: hay buena sangre y cama blanda para las dos.
Y la pulga se acomodó con ella hasta que el hombre se acostó. Entonces, sin pérdida de tiempo, la pulga saltó sobre él y le picó, con lo que el hombre se despertó y quedó desvelado, se levantó luego y ordenó que deshicieran la cama y buscasen.
“Y sólo encontraron a la chinche – a la que agarraron y aplastaron -, porque la pulga pudo huir.
“Os he contado esta fábula para que comprendáis que nadie está a salvo de la maldad del malo, pues cuando éste es incapaz de hacerlo personalmente lo causa. […] (26).


VI. EPILOGO.

Infinitas pueden ser las lecturas que podemos llegar a hacer del Calila y Dimna y como libro universal que es, para cada uno adquirirá relevancia un mensaje u otro. Hay para todos los gustos. Podríamos resumir, a nuestro entender, algunos de los consejos principales que el texto: es sumamente importante ser desconfiado y no fiarse de las apariencias; ser prudente y ladino; desarrollar la astucia y no distraernos por nada, pues ésta puede llegar a ser nuestra perdición; permanecer siempre despiertos y atentos, vigilantes y actuar sin miramientos si la ocasión lo requiere; prepararse para acción verdadera reflexionando continuamente, tomar las decisiones acertadas sin vacilaciones; mantener, cuidar y alentar por encima de todo la bondad, el ser honesto y ensalzar la amistad.
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(24). Calila e Dimna, Juan Manuel Cacho Blecua,  María Jesús Lacarra.
 (25). Estudio traductológico de las paremias en el libro de Calila y Dimna. Ziyad Mohammad Gogazeh, Universidad de Jordania. pág. 4.
(26). Calila  y Dimna, Abdalá Benalmocaffa, Traducción de Marcelino Villegas, Alianza Editorial, S.A., Madrid, 2008. pág. 132.
De nada sirve adquirir conocimiento si este no es aplicable al quehacer cotidiano y se utiliza de una forma práctica y segura, a conveniencia y entendimiento de cada uno. Esto sin duda es un aporte de la sabiduría oriental que ha recorrido continentes y  civilizaciones impregnando la literatura de infinidad de autores y épocas. Porque el Calila y Dimna nos guía de forma ejemplarizante mediante narraciones que atañen más a la astucia y la prudencia que a cualquier prototipo de postulados doctrinales judeocristianos. Es decir, la sapiencia expuesta en el libro es para cada uno y para todos los pueblos, de cualquier lugar y tiempo, ya que se inserta en la sabiduría universal común a la especie humana. Y justamente por eso, el libro utiliza a los animales a modo de salvaguarda de la propia naturaleza misma, para que nos sirva como ejemplo no solo moralizante, sino más bien para andar por la vida, con nosotros mismos y nuestros semejantes.

[…] Por esto se ha dicho: Hay cuatro cosas que no deben desdeñarse por pequeñas que sean: el fuego, la enfermedad, el enemigo, la religión”. (27)

Y el libro, en un alarde ejemplar de aquél que pretende enseñar, se alecciona a si mismo cuando no sólo reconoce sus fuentes, sino que al mismo tiempo encumbra la labor de quienes las han hecho posibles:

[…] compuesta por los sabios de la India […] Porque los sabios de todas las religiones y lenguas siempre han reflexionado […] con el propósito de liberarse de sus defectos apoyándose en los defectos mismos. […] hicieron que las bestias y las aves protagonizaran el libro, representando en ellas los conflictos. (28).

Queremos resaltar en estas breves conclusiones la edición de Marcelino Villegas, pues aporta documentación fehaciente que enriquece el devenir literario e histórico de este libro mítico. Un arabista, Marcelino Villegas, que se fue prematuramente cuando ya había abordado arduas tareas traductológicas y de investigación. Fue él quien dio a conocer a Naguib Mahfuz al público hispano, especializándose en su obra, mucho antes de que se le concediera el Premio Nobel de Literatura. Ya en 1969 obtuvo la Licenciatura en la Universidad Complutense de Madrid, con una tesis titulada: “Conocimiento de Egipto a través de los relatos breves de Naguib Mahfuz”.  Ente 1988 y 1991, poco antes de su muerte tradujo al castellano arias novelas de Mahfuz: “Principio y Fin”,” La ausencia”, “El espejismo” y “El Cairo nuevo”. Sin duda es en esta edición del Calila y Dimna, donde podemos distinguir la profunda indagación en lo más remoto y primigenio de la cultural universal, especialmente el mundo árabe y oriental, que tanto estimulaba la investigación y la labor de traducción de Marcelino Villegas.

Por último podríamos decir que el Calila y Dimna se inserta en la tradición cultural de la literatura denominada de adab. Este término comprendía no sólo la ciencia (ilm) y la religión (din) islámica, sino que iba más allá de las mismas para abarcar diversas disciplinas de estudio. Se la considera así como una ciencia profana con elementos de la
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27) Calila  y Dimna, Abdalá Benalmocaffa, Traducción de Marcelino Villegas, Alianza Editorial, S.A., Madrid, 2008. pág. 90.

(28). Idem pág 22
tradición histórica, la oratoria, la poesía, la métrica y la gramática. Esta corriente didáctica se ve plasmada en el Calila y Dimna de forma palpable ya que todo él es una aplicación de adab por la transmisión de conocimiento y sabiduría para el discípulo. Su  finalidad es ilustrar y cultivar al profano en un saber estar (a nivel cortesano, mundano y comunicativo) y obtener de esta forma una educación sublime. En palabras de Mar Gómez Renau: “adab está dividido en dos ramas: educación moral y transmisión de tradiciones”. (29) Este sentido de cultura de élite prevalecerá para todos aquellos cuyo origen se encuadre en lo que se denominaba “la buena sociedad”. En un principio se manifestaba como una expresión de la civilización aristocrática árabe pero será precisamente Ibn Al Muqaffa en su traducción del Calila y Dimna, quien amplié dicho rango a un concepto más general y universal.

El Calila y Dimna nos ha guiado en un viaje pantagruélico de tribulaciones y aventuras sin fin a través de las vivencias de innumerables animales. Nos ha fagocitado en una especie de vivencia iniciática con la que resurgir purificados pero plenos de sapiencia esencial.

Un conocimiento para ser aplicado a la experiencia cotidiana de la vida de cada uno. Al mismo tiempo que incide en su función didáctica,  no cesa en su empeño de asesorarnos hasta su último aliento:

[…] “Aunque es obligado querer a los amigos, más todavía lo es quererse a sí mismo, pues dicen que quien no es leal consigo mismo mal puede serlo con ningún otro, y que quien no se cuida se ve sujeto a los peligros. (30).

Y llegó el zorro, astucia por excelencia, para cerrar el libro con estas últimas palabras en el cuento La paloma, el zorro y el airón:

-          Ah, enemigo de ti mismo! ¿Aconsejas a la paloma y le enseñas el modo de defenderse y eres incapaz de hacer otro tanto por ti y caes en manos del enemigo?

Y lo remató y se lo comió. (31).








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(29).  Influencia de la literatura de adab en el origen de la prosa literaria y la cuentística castellana”. Mar Gómez Renau, Universidad de Valladolid, Anaquel de Estudios Árabes, 11-2000. Ver artículo publicado en el siguiente enlace: http://revistas.ucm.es/fll/11303964/articulos/ANQE0000110321A.PDF

(30). Op. Cit. pág 319.

(31). Op. Cit. pág 326.
IX.           BIBLIOGRAFIA.  


Benalmocaffa, Abdalá, “Calila  y Dimna”, Traducción de Marcelino Villegas, Alianza Editorial, S.A., Madrid, 2008.
Brockelmann, C. "Kalīla Wa-dimna." Encyclopaedia of Islam, Second Edition. Edited by: P. Bearman; Th. Bianquis; C.E. Bosworth; , E. van Donzel; and W.P. Heinrichs.
Gabrieli, F. "Ibn al- Muaffa" Encyclopaedia of Islam, Second Edition. Edited by: P. Bearman; Th. Bianquis; C.E. Bosworth; , E. van Donzel; and W.P. Heinrichs.
Sobh, Mahmud, “Historia de la Literatura Árabe Clásica”, Cátedra, Madrid, 2002

X.               ENLACES DE INTERES.


Edición On-line Calila e Dimna, Juan Manuel Cacho Blecua, María Jesús Lacarra.

Estudio sobre la Escuela de Traductores de Toledo.
Edición texto completo en castellano antiguo (romance).


Elementos iraníes en el Calila e Dinna

http://lenguapersa.com/Articulos/Kelileh.htm (Última consulta: Enero 2011).

Edición texto completo en castellano antiguo (romance) y prologo de Antonio G. Solalinde.


Las versiones hebreas de Calila e Dimna,  Ángeles Navarro Peiró,  UCM.


Manuscritos persas (imágenes).

Antología de la literatura española de la Edad Media. Bárbara Louise Mujica.

Estudio traductológico de las paremias en el libro de Calila y Dimna. Ziyad Mohammad Gogazeh, Universidad de Jordania.
http://paremia2.site11.com/pdf/P18-12.pdf (Última consulta: Enero 2011).

El cuento medieval español: revisión crítica y antología. María del Carmen Hernández Valcárcel.



Semblanza de Marcelino Villegas, In Memoriam, María Jesús Viguera Molins.

http://www.aldadis.com/a/historia/05.10.2005.pdf (Última consulta: Enero 2011).

Influencia de la Literatura de Adab en el origen de la Prosa literaria y la cuentística castellana. Mar Gómez Renau. Universidad de Valladolid.

(Última consulta: Enero 2011).











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